Tu rostro mañana de Javier Marías.

Acabo de terminar la tercera , última y, en mi opinión, la mejor parte de Tu rostro mañana, una extraordinaria novela de Javier Marías, su obra cumbre, por utilizar uno de los tópicos al uso. Una vez finalizada, mi primer deseo ha sido empezar a leer de nuevo el primer volumen. Libro que leí hace ya bastante tiempo, en el año 2003, en fecha próxima a su publicación. Finalmente no lo he hecho, pero creo que lo haré cuando supere la ansiedad que me produce tener tantas obras que merecen la pena ser leídas y que todavía tengo pendientes de leer. Lo haré cuando supere esta ansiedad que me impide disfrutar suficientemente de la relectura.

Hace algún tiempo, leí un artículo de Fernando Iwasaki para ABC, en el que decía que Tu rostro mañana, era una de las cinco obras maestras escritas en español en la historia reciente de la literatura hispanoamericana, junto con Rayuela, Cien años de soledad, Conversación en La Catedral, y La Habana para un infante difunto. Estoy de acuerdo con la selección de Iwasaki, excepto en el libro de Cabrera Infante. La Habana para un infante difunto, me parece una excelente, divertida y desvergonzada novela autobiográfica, pero que en mi modesta opinión no se acerca, ni soñando, al nivel de las otras cuatro.

Los iniciados en Javier Marías, van a encontrar en esta obra todo el mundo, o gran parte del mundo literario y personal del escritor. Aquí están su padre y sus profesores de Oxford. Las guerras vividas en el recuerdo de uno y de los otros: La Civil Española en el de su padre y la II Mundial en el de sus profesores. Pero no están los recuerdos militares de los conflictos, sino las consecuencias personales que los mismo tuvieron en personas decentes, que fueron, en algunos aspectos importantes, parecidas, aún estando unos en el bando de los vencidos, el padre de Javier Marías, bueno, del protagonista del libro, y otros en el de los vencedores, su profesor de Oxford y tratarse de guerras distintas. Las consecuencias que en personas decentes tuvo vivir la traición, la desconfianza, la delación, la duda, no cuentes nada porque no sabes si esta persona en la que hoy confías mañana puede tener algo contra ti y te traicionará. La justificación personal e institucional de la violencia, como medio para conseguir una determinada seguridad personal o familiar o para evitar violencias mayores. Como soportaron o fueron incapaces de soportar, estas personas, las consecuencias de sus acciones u omisiones.

En tu rostro mañana también están sus tres ciudades:  Madrid,  Oxford y Londres. están también la duda, sus reflexiones sobre la muerte y la pervivencia del recuerdo del fallecido o su obra en los demás, y Tristram Shandy y los libreros de viejo y hasta alguna cita al Real Madrid. Solo hecho en falta, o quizás lo esté en alguno de los dos primeros volúmenes que hace tiempo que leí y ya no lo recuerdo, el Reino de Redonda y sus fundadores.
 
Y todo ello, escrito, con una extraordinario gusto y calidad literaria y contado en un tono intimista, como de última confidencia o confesión, en voz baja, de la manera que alguien muy próximo te contaría sus propios secretos, o los de su familia, con el ánimo de quitarse un peso de encima o más bien, de compartir ese peso contigo.
 
Si eres aficionado a la buena literatura y no has leído nada de Javier Marías, te recomiendo que no esperes más, aunque quizás no comenzaría por esta trilogía, lee primero Todas las almas, una corta novela que te puede empezar a dar algunas claves del mundo de este escritor, o Corazón tan blanco y si te gustan, no lo dudes y comienza a leer los tres tomos de Tu rostro mañana.

Trause