Notas sobre el Camino de Santiago.

D 30. Viaje en coche por la Ruta de la Plata (A66). Tuvimos la oportunidad de contemplar las últimas nieves de la Sierra de Béjar. Salida desde Sevilla hasta Sarria (Lugo), punto de partida del inicio pedestre del Camino, a buena hora (si sales a las 08:00 puedes estar en Astorga sobre las 14 ó 14:30) para comer en Astorga un buen cocido maragato (desistimos por el calor). Sitio recomendado poco antes de llegar, muy cerca de Astorga, un pueblecito a 3 km que se llama Santiago Millas, en la LE133, con la ventaja de que te hacen el cocido por encargo, “Casa Gloria” en Santiago Millas, en el Barrio de Abajo, teléfono 987691115, reservar antes por teléfono. En la travesía de El Bierzo, a la ida y a la vuelta, recomendable, según época, parar a comprar frutas y verduras: las cerezas, excepcionales. Las verduras, también, a la vuelta. Dejamos la autovía del Noroeste A6 (km 431 Salida Piedrafita-O´Cebreiro, cruce con la N VI) al terminar la provincia de León y entramos en Galicia por Piedrafita do Cebreiro, puerta del Camino (francés) de Santiago (C.S.) en Galicia, donde nos recibe la primera escultura de un peregrino junto a la reproducción de una palloza celta. Al llegar a Triacastela hay dos opciones para ir hasta Sarria: andando, mejor por San Xil, en coche es recomendable la ruta sur, por Samos, para visitar el Monasterio de San Julián, merece la pena (visitas guiadas por un fraile cada media hora, barato, 3€, entre las 16:30 y las 18:30). También se debe intentar visitar una Iglesia Románica, pequeñita, pero bien conservada y sobre todo, muy antigua. Hay que pedir al guardés del albergue (junto al Monasterio) que avise a quién tiene la llave. El río de Samos es el Sarria. (Para caminantes: un peregrino, Emilio, profesor universitario en y de Almería, nos recomendó, de ir andando, que fuéramos hasta Sarria a través del bosque, aunque se alargue el camino casi dos kms. Por carretera son 11 kms.). Samos habría sido una buena elección como inicio del Camino, de haber dispuesto de un día más; se podrían haber reestructurado las otras etapas, para que la tercera no fuera tan larga. Una vez en Sarria, nos acomodamos en el pequeño y confortable Hotel Villa de Sarria, bien ubicado, cerca de la salida oficial del C.S. y el malecón, aunque algo ruidosas las habitaciones que dan a la carretera, en el que nos encontramos de bruces, como quien dice, con las hermanas Enrile, Pilar (nuestra amiga de Sevilla) y María y Lola, que venían respectivamente desde Antequera y Madrid. Recomendable cenar en la zona de las pulperías (Malecón), ristra de establecimientos en el Paseo del Río Sarria, paraje bonito, al que se puede ir andando desde cualquier sitio de Sarria. Probamos en dos de ellas, “Mesón Roberto” y el de al lado, ambas razonables de calidad y de precio.

L 31. Salida desde Sarria, inicio del Camino andando. El primer hito que se ve, a la salida, después del mirador desde que el se tiene una panorámica completa y bonita de Sarria, es el “111”, lo que nos hará concluir que a la llegada a la Catedral de Santiago habremos recorrido casi 115 kilómetros, entre lo ya andado en Sarria y el desajuste de la zona del aeropuerto de Lavacolla. Al poco paramos a deleitarnos con el Convento de la Magdalena, con marcas Franciscanas, con unos frisos romanos en el patio de entrada exterior impresionantes. Primer sello de nuestras Compostelas. Seguimos el camino y justo en el hito 98,5, Ferreiros, en “Casa Cruceiro”, hacemos un pequeño alto en el camino para ir al wc y degustar la autentica empanada gallega de carne. Un trozo cada uno con un vasito de agua y a seguir con mejor ánimo. Llegada a Portomarín, tras andar unos 22,5 kms, cruzando el Río Miño, por el puente sobre el Encoro (embalse) de Belesar, que obligó a reconstruir el pueblo ladera arriba, incluida la Iglesia parroquial, inmensa, piedra a piedra. La vista desde la otra ladera, al este, majestuosa. Se puede acceder al pueblo por la escalera que te encuentras al final del puente (asusta, pero es recomendable) rematada por un arco del antiguo puente romano por el Miño original o por la carretera, dando una pequeña revuelta. Hito 89,5. Punto final de etapa en las puertas (cerradas, a esa hora, sobre las 4 o así) de la Iglesia. Al Hotel Villajardín, muy nuevo, bueno, tranquilo, céntrico, descanso y a por el coche a Sarria en un taxi (barato, a euro el km mas o menos): parada taxis de Sarria 982-530.004. y otros: 618-280.908 y 660-676.772. Como resumen de etapa, dos tercios del Camino con mucha sombra, otro tercio con poca sombra, sobre todo hacia el final con fuertes pendientes hacia abajo. Demasiado camino de asfalto, repartido. Un par de sitios potables para picar algo en el tercio central del camino, facilita el cargar poca comida. Vuelta a tiempo para sellar las Compostelas en la Parroquia de San Nicolás (hasta las 19:00), asistir a la misa de peregrinos (19:30), concelebrada por un misionero italiano muy majo que trabaja ahora en Zaragoza y está haciendo el C.S.; sellamos las Compostelas al final de la misa (no habíamos llegado a tiempo antes) y prepararnos para la cena. Recomendable en los soportales de la Plaza (junto al ayuntamiento y la iglesia) el “Mesón La Fonda” Nosotros elegimos el “Bar-Restaurante O Mirador”, en rúa do Peregrino 7, esperando un ratito para poder estar en la terraza exterior, sobre el embalse, muy buenas vistas. Lo mejor, la carne gallega de 1ª (tienen carnicería propia) y el precio de dicha carne: mi mejor Chuletón de Ternera de 500 gramos de todo el viaje y al razonable de 12€, con buena guarnición. El solomillo a 13 y los entrecot a 7.

M 1. Salida desde Portomarín, 2ª etapa andando. Pasamos por delante del Restaurante Mirador y es destacable la salida de la población por una pasarela metálica, por encima del río, que evita que la travesía del mismo fuera una fuerte bajada y una fuerte subida (queda en ligera subida). En el hito 74,5 pasamos por el cruceiro del “Conxunto histórico dos Lameiros”, muy especial, por lo distinto que es a los otros que nos encontramos. En el hito 72, As Cruces, hay una venta adecuada para repostar, al igual que en el hito 71, “Albergue – Venta Casa A Calzada”, justo en el cruce de Vilar das Donas, con precioso conjunto monumental (dicen que merece la pena desviarse, son 1300 metros). En el hito 70, Lestedo, nos deleitamos con los exteriores de la Casa Rural “Rectoral de Lestedo”, con unas reconstrucciones y nuevas edificaciones en madera, dignas de observar. Llegamos al Alto Do Rosario, hito 67,5 del C.S. y el resto cuesta abajo. Tras andar hoy unos 23 kms llegamos a Palas do Rei. Nos acomodamos en la habitación reservada (como siempre, imprescindible en época de mucho movimiento) en el “Complejo La Cabaña”, a la entrada del pueblo, nada mas pasar el albergue oficial (enorme y nuevo) y la carpa permanente (24H) de la Cruz Roja, para atender a peregrinos con problemas. Descanso y a por el coche en taxi, que dejamos por la mañana en Portomarín, con las maletas. Nuestro equipaje de ruta va en las mochilas, pequeñas, que llevamos con nosotros, con los pertrechos de lluvia (capa, pantalón de plástico, mudas, pequeño paraguas plegable), de abrigo, botiquín de urgencias, agua y la comida del día, básicamente fruta fresca y frutos secos. La “comida” del día, por la noche, a buena hora. Por supuesto un buen desayuno, pero teniendo en cuenta que tras el, a caminar. A la vuelta, a la misa del peregrino, sellado de la Compostela y vuelta a La Cabaña donde nos encontramos con la mayor parte del grueso de nuestros futuros compañeros de Camino (para el resto de días), todos de Albariza. Cena en el restaurante del alojamiento, bueno, amplio y confortable para el grupo (ya éramos trece ó 12+1, no por superstición, sino que ya estábamos 6 parejas y Chule). Magnífica cena, magnífico chuletón de ternera gallega, buen precio. Aprovechamos para hacerle entrega a Chule, nuestro altruista Webmaster del tombstone de la Asociación. Emotivo. Al terminar la cena, alguien se enzarzó con un lugareño, que era el alcalde de Palas, Fernando Alfredo Pensado Barbeira, que nos convenció para tomarnos juntos un gintonic. También estaban con nosotros las hermanas Enrile. Fue un buen colofón a una bonita etapa, informándonos a fondo de la política local y de las pugnas por el bastón entre Fernando, gana siempre, y el ínclito “Pepiño”. Amén de un sinfín de anécdotas que nos contó.

Mi 2. Salida desde Palas do Rei, 3ª etapa, abandono de la verde provincia de Lugo. Nos dirigimos primero hacia la Parroquia de San Tirso, en el km 65,5 del C.S., como a un km de la pernocta, y desde allí iniciamos el camino. Atravesamos toda la población y poco antes de adentrarnos en el camino rural, nos adelantan cono balas las hermanas Enrile. Nuestros compañeros de viaje habían salido un poco antes que nosotros. Nos fuimos viendo por el camino, pero cada uno a su ritmo. Punto de encuentro del grupo (andantes y no andantes) en Melide (ya provincia de La Coruña desde el km 57,5), km 51 del C.S., que presume de la mejor pulpería de Galicia, “Pulpería Ezequiel”. Pero como el alcalde de Palas ya nos había advertido que andaban un poco de capa caída, desde que murió el tal Ezequiel y quedó el negocio en manos del hijo, no hace mucho, nos recomendó la otra buena, “Pulpería A Garnacha”, también en el “Camiño Vello de Santiago”. Así hicimos, probar las dos. Conclusión, que para comprobar que tenía razón Fernando, el alcalde de Palas, casi cogemos una indigestión y media cogorza. Pero mereció la pena, magníficas pulperías, mejor vino en Ezequiel, mejor pulpo en Garnacha; hay que probarlas. Ya a media tarde, con un calor de aúpa, reanudamos la etapa. Alternamos zonas con buena sombra con otras con menos, pero preciosas. La subida al Alto de Castañeda, espectacular, por la subida, por la sombra y arboleda, por el agua, una cascadilla preciosa a mitad de subida, muy refrescante, pero demoledora. Al final, un poco de descanso y algunos reanudamos la marcha hacia Arzúa, fin de etapa. El resto saldrían mas temprano el jueves para recuperar el camino, cogiendo un taxi hasta allí. Gracias a estos abandonos parciales no tuve que ir a Palas a por el coche, me lo trajeron ellos, gracias a Dios, porque la etapa acabó tarde. Sigue el camino bonito, pero con mucho calor. Lo peor o lo único malo, la subida final hasta Arzúa, por carretera, largo y feo. Llegamos a la Iglesia parroquial casi a la hora de la misa (20:00) del peregrino, justo con el tiempo para sellar las Compostelas. Vuelve a concelebrar el cura italiano y al final de la celebración nos reúnen a todos los peregrinos alrededor del altar, ¡cuántos éramos!, diciendo cada uno de dónde era. Muchos españoles de todos lados y muchos extranjeros, incluso sudamericanos. Por fin, al hotel a descansar y cenar: ¡qué maravilla!, el “Hospedería Pazo Santa María (1.742)” (tfno: 981-500.702), a las afueras de Arzúa (por la carretera AC 234), que restauración tan magnífica, tan fiel a lo que debió ser. Dejamos buena constancia en el libro de visitas. Estuvimos dos noches. Y la cena, todo el grupo, aún éramos trece (12+1), en un saloncito privado del restaurante del Pazo. Magnífica cena, muy buena calidad, buenos vinos, y precio ajustado a la calidad, pero aceptable. Ha sido la etapa mas larga, unos 31,5 kms.

J 3. Salida desde la Iglesia de Arzúa (km 35 +/-), dejando los coches en el pueblo, 4ª etapa. Unos 17,9 kms. Coincidimos en ese punto con los tempraneros que volvieron hasta Castañeda para iniciar la etapa donde la dejaron el día anterior. En el hito 36, As Barrosas, nos encontramos la Capilla de San Lázaro. En el hito 29,2, Calle, tenemos el curioso episodio de la vieja y el montón de leña. Final de etapa en A Rúa, donde comimos, de maravilla y muy barato, en el Restaurante O Pino (A Rúa, 9 - Arca, tfno: 981-511.035-148). Taxi de vuelta hasta Arzúa, recogida de los coches en el pueblo y al Pazo, no sin antes buscar la Cooperativa quesera (nos la habían recomendado e hicieron bien), en la zona del Polígono Industrial, por la carretera de entrada desde Palas. Nos costó encontrarla, mal señalizada, teníamos que haber preguntado antes. “La Arzuana, Soc. Coop. Galega”. Mereció la pena encontrarla, qué pedazos de quesos los llamados “Arzúa-Ulloa”, de medio metro de diámetro, que te lo venden en trozos al vacío, de mas de medio kilo la pieza, a ¡7,80€/kg!, y parece parmesano del bueno. Riquísimo. Lástima no llevar neveras para haber comprado también tetilla gallega, de la mejor que hemos probado nunca. Llegada al Pazo de Santa María, descanso merecido, charla con el dueño, restaurador y gerente del Pazo, y al pueblo a cenar. No pudimos ir al restaurante recomendado, “Casa Teodora” (tfno: 981-500.083), en la avenida de Lugo 38, porque ya estaba lleno. Nos conformamos con la Pulpería Mesón Venus, también en la calle-carretera de Arzúa (avenida de Lugo, 17), que no estuvo mal, barato, aunque mas normalito que el buscado.

V 4. Para la 5ª y última etapa, de unos 20 kms, nos desplazamos con los coches hasta el parking del Restaurante O´Pino, en el km 19 (dicen) del C.S., para dejarlos allí y encontrarnos con la última pareja que se incorporaba al grupo, como así fue. Esta etapa tiene connotaciones muy distintas a las otras, además de por ser la última, porque el paisaje cada vez es más árido, con mas eucaliptos, mas urbano, hay una zona interminable entre Lavacolla y el Monte Do Gozo, mucho asfalto, por donde las televisiones, primero la autonómica, luego la estatal. Se hace interminable, mas con calor, que lo hizo. No obstante, la primera parte es mas agradable y el encuentro con el aeropuerto de Lavacolla impresiona, los aviones que aterrizan te pasan a na. Aquí se acaban los hitos oficiales, porque, según dicen, antes se atravesaba por mitad de donde ahora están las pistas del aeropuerto. Recordemos el desajuste que anunciaba al principio de la 1ª etapa. Es reconfortante cuando se divisa el enorme monumento construido cuando el Xacobeo de 1993 (visita papal), justo en la Rua de San Marcos, en el Monte Do Gozo, punto de encuentro de todo el grupo, para iniciar la bajada del Monte y entrada en Santiago, todos juntos, los quince, los últimos casi cinco kms del C.S. A las 4 de la tarde, con un calor de abrigo, entramos en la Plaza del Obradoiro. Nos dirigimos a la Plaza Das Praterías y nos ponemos en la cola para abrazar al Santo, a pleno sol, terrible, mas después de varias horas de peregrinaje. Imposible, nos retiramos, unos a dar una vuelta, otros al Hotel San Carlos (estuvimos las dos últimas noches), nosotros a sellar por última vez nuestras Compostelas, con el sello de la Catedral de Santiago y el Diploma acreditativo de haber realizado la peregrinación (con mas de cien kms recorridos: te entrevistan, para conocer tus objetivos en el peregrinaje religioso o turístico, ambos valen para la Compostela, y comprueban que tienes los sellos básicos, la Parroquia de cada etapa, y puntos intermedios; se puede sellar en multitud de sitios, en casi todos los bares, ventas, albergues, hoteles, además, claro está, de Iglesias, ermitas, conventos, monasterios y otros de esa guisa). Mas de una hora de espera, pero en buena compañía (estábamos cuatro del grupo de quince), mereció la pena. Al hotel, a reponer fuerzas. Despedida de Chule, que se volvía a Madrid en tren esa noche. Listos para una buena cena, en el Restaurante San Clemente (rúa de San Clemente, 6). Impecable elección. Bien, una vez mas, por el intendente del grupo, Presidente de Albariza, por algo lo será. Paseo por la Santiago nocturna, preciosa, cautivadora. Y a descansar.

S 5. Jornada matinal en Santiago, por fin el tan deseado “abrazo al santo” y visita al Sepulcro (no te pierdas “La Moreneta” que hay nada mas entrar en un camarín), a eso de las 11:00, con menos cola que la tarde anterior, aunque era sábado, y a la misa del peregrino, a las 12:00, concelebrada por el obispo de Santiago y una treintena de curas, entre ellos, los que acaban de llegar en peregrinación, como nuestro conocido italiano. Vuelven a impresionarnos las zumbadas del botafumeiro. Finalizada la misa, zumbando al hotel por los coches y a Finisterre, parando a comer, pocos kms antes, en “Sardiñeiro de abajo”, en el “Mesón Cabanel” (imprescindible llamar antes para concertar qué comer ese día - 981-743.696): qué centollas, qué pimientos de padrón, qué chipirones de la ría en salsa, qué lubinas, qué postres, qué vinos, qué magnífico precio por barba para lo que cayó (a 48€ por barba, casi la mitad las lubinas), qué maravilla de playa, qué paseíto por esa playa, qué ensenada,…. en fin, no podíamos rematar mejor la faena. Coches y al faro de Finisterre, que aún nos quedaba el último acto oficial del C.S., quemar lo que nos sobraba del Camino, cada uno lo que quiso, mucho romanticismo (para comprobarlo, ver las caras en las fotos). De vuelta en Santiago, otro paseo por el casco antiguo y, al final, cenita ligera, en el “Bar-Restaurante El Pasaje” (calle Franco, 54, en todo el cogollo), bien. Hubiéramos preferido tomar algo en la famosa “Casa Puñal”, pero no pudo ser esta vez. Al hotel.

D 6. Despedida de Santiago. El último día, retirada, pero antes algunas compras de última hora, tartas de santiago, pedras de santiago,…, todo de santiago, claro está. Camino de vuelta por la Vía de la Plata. Parada a comer, aceptablemente (buen cordero), en “Mesón El Raso”, en Villalpando (km 231 de la A6, justo el desvío de la Ruta de la Plata, para evitar la falta de autovía en el tramo Zamora-Salamanca) y a Sevilla. ¡ BON CAMIÑO ¡

cbb