CATA DE VINOS DE JEREZ

Todos salimos, además de contentos, conociendo y queriendo, aún más, los vinos de esta tierra, cuando finalizamos la cata de vinos que el Consejo Regulador de los vinos de Jerez y de la manzanilla de Sanlúcar, a través de su director general César Saldaña, nos organizó en su sede, gracias a las gestiones de Francisco González.
Gracias a ella, descubrimos matices que habían pasado hasta ese momento desapercibidos para los profanos como yo, salimos valorando la importancia que tienen estos vinos y conociendo las aportaciones que han realizado al mundo de la enología por la originalidad de sus crianzas y, sobre todo, disfrutamos con la calidad de los caldos resultantes.

Nos ocurre con demasiada frecuencia, a los españoles en general y a los andaluces en particular: no valoramos suficientemente lo que tenemos. Ya sean vinos, aceites, productos hortofrutículas, paisajes, gastronomía, patrimonio cultural, o lo que sea. Otros se encargarán de ponerlos en valor y, a veces, incluso harán con ellos el negocio que los locales no hemos sido capaces de hacer.
Al terminar de escuchar la brillante presentación de César Saldaña, pensé que la difusión de los vinos de Jerez no podría estar en mejores manos. Tiene capacidad de comunicación, conocimientos y formación y se le nota un gran cariño por aquello que está bajo su responsabilidad. No se puede pedir más a un ejecutivo. Además tiene un excelente producto. ¿Qué nos falta para que estos excelentes vinos se sitúen en el lugar que les corresponde en el mundo teniendo en cuenta su calidad e historia y que las bodegas vuelvan a esplendores pasados? ¿Es, quizás, un problema de insuficiente asignación presupuestaria que impide realizar el marketing adecuado? Ni lo sé ni tampoco es el motivo de estas notas, pero la verdad es que me gustaría entenderlo.
Si tratáramos de hacer una reseña de cine o teatro, comenzaría diciendo que el público salió entusiasmado, y no creo que fuera, exclusivamente, por los efectos de esa combinación de fino, amontillado, oloroso y dulces que catamos sin que nadie utilizara el vasito que te ponen para vaciar la boca entre cata y cata para no ingerir tanto vino. Además, una vez finalizada la cata seguimos tomando alguna que otra copa, para acompañar un jamón y unos deliciosos chicharrones que compró Francisco González ¿dónde me dijiste que los compraste Paco?
Continuando con la reseña de la película, daríamos un sobresaliente al actor principal, César Saldaña, un muy bien al guion (presentación) y también a la puesta en escena, que fue en una sala, un poquito fría por aquello de la temperatura de los vinos, pero con unas mesas muy bien dispuestas, una luz adecuada y, sobre todo, con esos catavinos de distintas tonalidades en función de los vinos que alojaban, desde la palidez del fino a la oscuridad del pedrojiménez. Todo un festival para los sentidos.
Febrero 2013.

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